Fabio Morábito en su colección de cuentos Grieta de fatiga, se aplica con rigor a contarnos esa grieta existencial
Portada Grieta de fatiga de Fabio Morábito, de Cadencia Literaria. Edición argentina. |
Desde
aquellos inolvidables cuentos de Julio Cortázar, no había vuelto a leer un escritor
donde el truco de su oficio narrativo hace que desaparezca esa línea que limita
la ficción de lo ordinario de las cosas. O éstas se confundan entre un ámbito de sueño
y realidad fantástica a lo Kafka. Fabio Morábito en su colección de cuentos Grieta de fatiga, se aplica con rigor a
contarnos esa grieta existencial que anida oculta en las realidades más
anodinas para hacernos estremecer con su prosa precisa, dúctil, y de tono
conciso.
Cada
cuento nos provoca una suerte de halo
metafísico como de extrañeza en Puertas
indebidas donde dos viajeros se hallan ante la disyuntiva de
cerrar o abrir una puerta de separación que comparten, de aquí para allá, o de
allá para acá; en una habitación de hotel. Por la lectura al azar de este
cuento, seguí el resto de relatos, y quedé encandilado del poder narrativo de
este escritor de origen italiano, poeta y traductor, adoptado mexicano.
Por
qué las huellas de unas pisadas sobre la arena de una playa, nos pueden llevar
a una inquietante persecución al
infinito de aquella premisa, que nos dice que mientras más huimos, alguien más nos persigue en su
cuento que se llama así Huellas. O
resolver Crucigramas, así titula un cuento, donde dos hermanas se
dan lecciones de vida y educación sentimental, en una relación casi hostil y
cargada de complejidades familiares, por supuesto resolviendo crucigramas de
revistas.
Los búlgaros nos
trasunta una situación de potencial infidelidad de una bella guía de turismo,
mientras cuenta un escritor- su amigo sentimental- enredado en una trama de misterio
y asesinato de la amante de otro
escritor amigo, a partir de los subrayados que hizo de su cuento publicado en
una revista literaria.
Armaduras nos
transporta al mundo de los caballeros, donde éstos truecan las piezas de sus
armaduras desgastadas como piezas de recambio, donde las acciones heroicas ya no tienen sentido en ese mundo
desaparecido.
Micias
un
olvidado personaje extraído de la Iliada
nos sirve para darnos lecciones de deseos de vida doméstica sedentaria de una
especie de antihéroe, cansado del nomadismo,
donde la épica es transgredida, en un alarde de su imaginación con
reflexión filosófica incluida.
Cada
cuento de Morábito está construido sin vaguedades ni intelectualismos, es una
construcción precisa, y está en el tono
que debe contarse, ni le falta ni le sobra como el protagonista del
cuento La cigala–una soberbia mezcla
de ingenio y de espanto– concluye acerca de la interpretación literaria que a
él le valió un descalabro vital: “Tal vez ha aprendido que todo libro es
autosuficiente y que a la larga él mismo facilita las explicaciones que se
necesitan para entenderlo.” Escritos con la lentitud del orfebre, los cuentos
de Grieta de fatiga piden una masticación igualmente lenta y meticulosa
para decantar sus varios sustratos semánticos.
Grieta de fatiga
Fabio Morábito
Cuentos
Cadencia Literaria
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Edición argentina
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