27.3.10

Memorias de unos rebeldes intelectuales

El poeta Elmo Valencia acaba de publicar Bodas sin oro, cincuenta años del nadaísmo

"Solo creíamos en la nada como un principio, inspirados en lo que decía Sartre, comenta el poeta Elmo Valencia..fOTO;fUENTE:vive.in


Portada del libro.Taller Edición Roca


"Primero quemaron todos los libros que consideraban inútiles y que más los habían torturado. En las llamas ardieron la obra de Heródoto ("porque toda la historia es mentirosa"), 'La crítica de la razón pura' ("pura mierda"), 'La Cábala', 'El catecismo', de Gaspar Astete, y hasta la 'María', de Isaacs.

"Como descendiente directo de Talía, Nerón, Eróstrato, Hitler, y todos los pirómanos de la historia, los invito a quemar nuestros libros para probarle al mundo que desdeñamos el saber hereditario, pues ya no hay nada en qué creer, ni siquiera en nosotros mismos". Con esas palabras, en la plazoleta de San Ignacio, frente a la Universidad de Antioquia, Gonzalo Arango dio vida, por allá a principios de los años 60, al 'Nadaísmo', el controvertido grupo de intelectuales de provincia que se rebeló contra el establecimiento.

Para celebrar algo que pensaron imposible, el poeta Elmo Valencia, uno de sus integrantes, acaba de publicar, con el apoyo del fundación Gilberto Alzate Avendaño, 'Bodas sin oro, cincuenta años del nadaísmo', en el que, además de contar la historia del grupo, recopila los mejores textos de sus integrantes.

En estas páginas gritan "¡presente!" plumas como Gonzalo Arango, Jotamario Arbeláez, Darío Lemos, Samuel Ceballos, Eduardo Escobar, Jaime Espinel, Pablus Gallinazo, Álvaro Medina, Armando Romero, Amílcar Osorio y Patricia Ariza.

"Sobrevivíamos de la nada, del oxígeno. Éramos muy vagos. ¿Sabes por qué nos metían a la cárcel? Porque nos encontraban con el pelo largo o en un automóvil con una chica, contándole los dedos de los pies o leyéndole el Kamasutra", cuenta Valencia, quien con Jotamario hacía parte del 'cartel caleño' de los nadaístas. Los otros, a la cabeza de Arango, eran el 'cartel paisa'.

'Chicaneros' del pánico

Luego de la erudita fogata, vinieron sus famosos "actos pánicos", con los que buscaban publicidad. "Eduardo era el menor, tenía como 14 o 15 años, y yo el mayor, con 25 o 26", recuerda Valencia, al contar -atacado de la risa- la primera de estas travesuras que llevó a Arango a la cárcel por un mes y medio.

Ocurrió durante un congreso de escritores católicos que se celebraba en el paraninfo de la Universidad de Antioquia. "Gonzalo se encargó de hacer el panfleto contra ellos -cuenta Valencia-, mientras otros poetas se encargaron de mezclar químicamente unos elementos que producían un olor terrible, llamado 'pedo químico'. Entonces en el momento en que estaba hablando el señor gobernador, frente a las monjas, los eclesiásticos y todas las logias, Gonzalo tiró los manifiestos en contra de ellos y salió corriendo, y los otros tiraron el frasco. Pobres monjitas, cómo vomitaban".

En otra oportunidad se metieron en una iglesia de Medellín a comulgar y guardaron la ostia en un libro y otro día le pidieron al Alcalde de Cali que cambiara la estatua de 'María', de la plaza del mismo nombre, por una de Brigitte Bardot desnuda.

"Esos eran los comienzos del nadaísmo, ya después dejamos esas cosas. La gente nos criticaba que no habíamos escrito nada. En realidad, habíamos escritor manifiestos duros contra el sistema, contra la sociedad, contra la economía, contra los católicos, contra todo", dice Valencia, al recordar esos años del Café Metropol de Medellín, "refugio de vagos, ladrones y carteristas".

Es mucha el agua que ha corrido por debajo de los puentes en este medio siglo, lo que los sorprende sin arrepentimientos de ningún tipo. "Nosotros no somos partidos políticos que desaparecen sino una reunión de amigos con unas ideas muy raras, muy traviesas, muy fantásticas. No hemos desaparecido en cincuenta años y tenemos fuerza para seguir adelante", concluye Valencia.

Bodas sin oro
Elmo Valencia
Taller Edición Roca

24.3.10

Aceros bolivarianos, más o menos inoxidables

Simón Bolívar. El Libertador. fOTO iNTERNET.fUENTE:ABC.es



Puede que sí, que sea totalmente cierto que los próceres de la independencia suramericana se pasaron media vida con los espadas en alto. Pero aquellos aceros del Libertador, de San Martín, de Sucre, de O'Higgins no tienen el filo ni cortan como ese sable bolivariano que Hugo Chávez, una vez tras otra, se empeña en desenvainar.
Bolívar, Simón Bolívar, el padre, el padrazo de la insurrección, apenas si habría durado un par de asaltos en el socialismo cuartelario del ilustre, que no ilustrado, como su mentor Bolívar, ex paracaidista. Porque sí, Simón Bolívar gastó lo mejor de sus energías guerreando, fue militar más por acción que por vocación pero fue, como Francisco de Miranda, el auténtico cerebro de la revolución panamericana, un ilustrado, un criollo de buena, muy buena familia, leído, viajado, cultivado y con escasas simpatías por la población indígena (a la que freía a impuestos, por cierto) cuando no le era política y estrictamente necesaria.
Bolívar, Miranda y compañía tenían un modelo, los revolucionarios estadounidenses, los héroes de las trece colonias, los que echaron al mar los cargamentos del té británico. Tipos como Jefferson, como Franklin, como Washington, amigos varios de ellos de Miranda, por más señas. Querían la revolución, sí, pero querían la Declaración de los Derechos del Hombre, la Libertad de Prensa, la Libertad de Comercio, no convertir el Caribe en un gigantesco gulag, el Altiplano en la república de los soviets. Ilustrados y pudientes, gente de ley y gente de orden, de los que se prodigaban con un todo para el pueblo pero sin el pueblo y luego se lavaban las libertadoras manos.
Los Estados Unidos de América del Sur era su sueño, no crear un, dos, tres, muchos Vietnam. Aunque entre sus filas no faltaron aventureros, arribistas, corsarios y soldados de fortuna. Bolívar y demás próceres, como los revolucionarios de cualquier época y lugar, fueron unos voluntaristas de tomo y lomo, gente muy "echá p'adelante", pero que en muchas ocasiones, una vez en el poder, se convirtieron en déspotas, ilustrados, pero déspotas, iluminados que creyeron que Adam Smith y las guayabas podían sentarse en la misma mesa. A los populismos que usan el nombre de Bolívar en vano su espada acabará por atragantárseles.
Cinco título claves de la revolución suramericana
«Los libertadores. La lucha por la independencia de América Latina, 1810-1830». Robert Harvey. RBA.
«Simón Bolívar». Salvador de Madariaga. Espasa Calpe.

22.3.10

‘Bestsellers’ silenciosos

Novelas sentimentales y negras y libros fantásticos suman miles de lectores impulsados por el boca-oreja
Patrick Rothfuss. fOTO;fUENTE:elperiodico.com

"Dueñas, Rothfuss, Malzieu, Levy... Sus apellidos no sonarán tanto como los de Dan Brown, Ken Follett o Stieg Larsson. Pero para cientos de miles de lectores son los autores del último libro del que han oído hablar, que han comprado y leído y que, a su vez, han recomendado a nuevos lectores. Son los best-sellers silenciosos que, sin un arranque fulgurante y a menudo con una atención discreta de los medios, llegan a alcanzar cifras de entre 100.000 y 200.000 ejemplares. Si algún hilo temático existe entre estos títulos es el sentimental: desde la pura novela romántica de Federico Moccia a la ambición literaria de un Paolo Giordano, que el año pasado colocó 220.000 ejemplares en catalán y castellano, o obras que encajan en el perfil de un seguidor de Tim Burton, como las de Mathias Malzieu. Otro registro, el negro, ha pasado a ser legitimado por los medios con menos reparos (la pujante Åsa Larsson, por ejemplo, es ya algo más que una sorpresa).
«Son novelas de sentimientos en las que las relaciones son la trama», sospecha Carles Revés (Planeta). Y sin una etiqueta de género muy visible. Su ritmo de ventas –«a la chita callando, hasta que explotan»– tiene, afirma Mónica Tusell, de Plaza&Janés, un detonante tipo: que los libreros recomienden el libro, que algunas reseñas o entrevistas den argumentos a favor, que un público determinado lo adopte y que el boca-oreja de internet haga crecer la bola. Un proceso que demuestra que en el ecosistema del libro hay sitio para todos.

FEDERICO MOCCIA
El amor romántico se convierte en epidemia
El amor como motor de la vida y como salvación, un amor urbano para jóvenes entre 20 y 30 años y con poder adquisitivo, romántico y sin condiciones pero (apenas) sin sexo es la fórmula del éxito de Federico Moccia (Roma, 1963), que acaba de colocar en las librerías Perdona pero quiero casarme contigo (Planeta), continuación del exitazo Perdona si te llamo amor. A finales de abril se estrena se España la película de este libro con el que el autor logró casi tres millones de lectores en Italia y desató la fiebre de los candados de amor en los puentes romanos y de otras ciudades europeas.
«Ese público joven me sugiere mucha ingenuidad y me gusta pensar cómo era yo cuando tenía 20 años», explica Moccia a propósito de los comentarios que recibe de sus admiradores en las redes sociales y en su web. Intuye que su éxito reside en el amplio abanico de relaciones sentimentales que ofrece a unos lectores «deseosos de evadirse de sus preocupaciones» y compartir con los personajes «el deseo de ser felices». Él ya ha dado el paso a best-sellero ruidoso, con todo el apoyo de su editorial: su anterior libro vendió 200.000 ejemplares con reprís de diésel, este lleva 100.000 con arrancada de turbo, más 18.000 en catalán. Con elegancia francesa, Marc Levy (Las cosas que no nos dijimos) completa el podio romántico (120.000 libros en catalán y castellano). MERCEDES JANSA

DON WINSLOW
La violencia desatada más allá de Río Grande
El último capítulo de la historia de la gran literatura norteamericana sobre México es El poder del perro (Roja & Negra), un contundente long-seller que ya va por los 70.000 ejemplares vendidos. Uno de los primeros recuerdos cinéfilos de Winslow, neoyorquino residente en San Diego, es ir a ver El Padrino acompañado del hijo de un capo mafioso. Años más tarde, ya convertido en escritor, la noticia de una matanza de niños cerca de su casa activó sus mecanismos literarios. El resultado es una ambiciosa y voluminosa saga que tiene como hilo conductor el tráfico de la droga en la frontera entre Estados Unidos y México, protagonizado por un policía mestizo y con un nivel de violencia que haría palidecer a Sam Pekinpah. No apta para paladares delicados. ELENA HEVIA

SILVIA ALCÁNTARA
La escritora que debutó a los 65 años
Su Olor de colònia (Edicions de 1984), lanzado hace exactamente un año, ha alcanzado los 40.000 ejemplares vendidos, un hito en el mercado catalán, que no maneja las cifras de la literatura en castellano. Una excelente novela que, entre otras muchas cosas, relata cómo era la vida cotidiana en los cerrados microcosmos de las antiguas colonias textiles catalanas y ha despertado un gran interés histórico por las mismas.
Pero el fenómeno editorial sobre esta historia de opresión y poder en tiempos franquistas no estaría completo sin el retrato de su laboriosa autora, Sílvia Alcántara, que debutó en la literatura con esta novela cumplidos los 65 años y se aupó a las listas de éxitos gracias a la exclusiva recomendación de los lectores. ¿El secreto? Trasladar con brío buen parte de su experiencias de infancia y juventud a la obra. E. H.

LARS KEPLER
En la hipnótica estela de Stieg Larsson
Lars Kepler posee cuatro manos muy bien avenidas. Son las del matrimonio sueco formado por Alexandra Coelho y Alexander Ahndoril. En El hipnotista (Planeta / Amsterdam lo publicará en catalán el 8 de abril) han unido sus hasta ahora separadas carreras literarias para rendir un homenaje a su admirado compatriota Stieg Larsson, el desaparecido autor de Millennium (de ahí el nombre de Lars en el seudónimo; lo de Kepler es por el astrónomo). Primera novela de una serie negra protagonizada por el comisario Joona Linna, en España El hipnotista es un éxito que está viviendo sus primeras fases: en solo un mes ya ha entrado en el tercer lugar de las listas de más vendidos y la editorial ha colocado ya en librerías 55.000 ejemplares.
Prueba del éxito en Suecia, Italia, Dinamarca y Holanda es el medio millón de títulos vendidos. Además 28 países tienen ya los derechos de esta intriga trepidante sobre el sangriento asesinato de una familia y un psiquiatra que intenta ayudar a una víctima. ANNA ABELLA

PATRICK ROTHFUSS
Un debut a la altura de Tolkien
Han sido legión los imitadores y sucedáneos de grandes nombres de la narrativa fantástica como Tolkien, Lewis y LeGuinn. Pocos han llegado siquiera a aspirar a ponerse a su altura. Y de repente aparece un peludo profesor de Wisconsin y con una sola obra, El nombre del viento, se planta a las puertas del olimpo del género. Crea un mundo y un héroe, Kvothe, que se sienta junto al fuego y relata: «He robado princesas a príncipes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos». Es un ejemplo de la combinación de medios en el crecimiento de un libro: un puñado de críticas positivas y tempranas (como la de Ricard Ruiz Garzón en este diario), boca a boca on line y consagración (120.000 ejemplares en España). En su blog, Rothfuss alimenta la devoción de sus lectores –Amazon acepta reservas de la continuación ¡para agosto del 2011!– con un strip-tease emocional en el que pide perdón por su retraso. Sus fans piden más, pero se lo perdonan. ERNEST ALÓS

MATHIAS MALZIEU
El reloj de cuco menos ruidoso
Jack tiene un reloj de madera donde debería tener el corazón. Jack se enamora localmente de Miss Acacia, una pequeña y miope bailarina de flamenco a la que sigue hasta la Granada del siglo XIX. Ambos protagonizan La mecánica del corazón (Reservoir Books) un gótico, tierno y fantástico relato en el que no faltan los celos y la pasión, que recuerda a películas de Tim Burton como Eduardo Manostijeras y que esconde una denuncia al acoso escolar. Gracias a todos estos ingredientes, su autor, Mathias Malzieu, un pelirrojo francés, líder del grupo pop Dionisos, ha convertido esta breve novela en un auténtico caso de best-seller silencioso traducido a una quincena de idiomas.
Si en Francia ha superado los 170.000 ejemplares vendidos, en España, desde su publicación el pasado septiembre, ya lleva 100.000 ejemplares en castellano y 15.000 en catalán. El libro tiene además banda sonora del propio autor, de la que en Francia se han colocado 150.000 copias, y Malzieu está trabajando con el cineasta Luc Besson para una versión animada. A. A."